Sikarios, una de las bandas que ramifica su música de la desaparecida El Ajenjo (la otra es Sendero Luminoso), bautizó su debut con Réquiem Rústico u "Oración tosca para los difuntos", podría ser alguna de sus traducciones, atado con una buena dosis de hard rock mezclado con algo de grunge y otras yerbas.Manifiesto en su arte oscuro, rebelde, insubordinado, creyente, santificado y con tinturas rojas, blancas y negras, marcan al tacto y en la mirada parte de su envío.Haciendo conocerse con su "Memoria de un sikario" ataca en llamas a lo bonzo con riffs de hard rock pulidos de rock and roll y se persigna con "Jalando" sumándole un toque de nü metal, al pié de un confesionario largando penas como "... ojos que no miran desde la infamia de Dios..." ("Memoria") o "... esclavizado vas en la vulgaridad, de los que te han ido inventando..." ("Jalando"), quejándose hasta de los mismos dioses.
Apaciguando es furia, pero sin desacelerar, sufren junto a uno con "Dejarás", marcado por una desértica melancolía que estalla en un rock y encuentra paz en las postales escritas de "Esperanzado", donde dibujan entre momentos de rock pesado y espíritu grunge inmersos dentro de una guerra reencarnada, tomando algo del Soundgarden de los primeros discos pero en modelo power trío.
"Renace" incorpora junto a la voz de Ezequiel Salanitro un dueto con Pablo Pino, ajustando su fe a un estilo practicado en Cielo Razzo pero con hábitos bien cargados que regeneran un cambio de piel, que deja ver el destello de "Rayo de luz", uno de los tantos temas que venían dando vuelta en forma de demo, filtrando oleadas masivas de golpes y sonidos, encandilando con su electricidad e ira.
Sin embargo todas las creencias se vienen abajo con "Sin ley sin Corán", entonces el rock & roll se pone duro exhibiéndose detonante, para al final terminar "Estrellándose", en uno de los mejores cortes del disco, con la batería de Lisandro Hedías disparando a mansalva y el bajo haciendo su rezo funk exteriorizando al lado de la gente, su reclamo de ídolos creíbles y santos verdaderos ("...masones truchos en denso imperio de balas por doquier, tierna doctrina que aflora miedos y a desaparecer...".
Completando esta Biblia están "Preámbulo", "Envuelto" y "Mártir" con anisas de cambios, criticas al imperialismo y una visión desde las clases más golpeadas socialmente en misma postura, con links musicales en Pearl Jam, Divididos, La Renga o Nirvana, que no condicionan al oído a la hora de comparaciones y representan un sonido 100 % Sikarios.
Como todo mensaje impreso, en este parto primerizo encuentran pecados sutiles en no exponer demasiado claro el virtuoso latido funk / rock Ariel Díaz en el bajo o la prolijidad y el arreglo final de cada tema estructurando su amen y dejando de lado el vuelo o la experimentación en versión zapada que oran en vivo y permite sumergirse en la ola que trae folklore y hasta reggae.
Igualmente, dentro de la independencia con que se manejan, el esfuerzo sanguíneo, las posibilidades y su juventud dentro del circuito, podríamos encontrar algunos de los eslabones perdidos o nunca encontrados entre el hard rock y el grunge, con una melancolía que atrae a su religión.
Nota por: Federico López
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